martes, 16 de junio de 2009

Pégate un poquito más mi amor

Si usted nunca ha sido tocado, abrazado o apretujado y quiere tener un encuentro cercano de todos los tipos, no pierda su tiempo y vaya de paseo por el Metro de Caracas en horas pico. Sé que en otros sistemas de transporte público como este también se produce la aglomeración de pasajeros, sin embargo en Venezuela, tan particular como siempre, hay algo que hará de esta experiencia una de esas que uno guardaría para contársela a los nietos.


Entre las 6:30 y 8:30 am y después de las 4:00 y hasta aproximadamente las 7:00 pm, usted puede tener la seguridad de que recibirá calor humano quiera o no. Pero lo interesante de la experiencia va más allá del apretujón y del respiro en la nuca, del pisotón o del agarrón de nalgas, lo verdaderamente valioso de ese contacto cuerpo a cuerpo con desconocidos de cualquier género está en lo creativo de las frases que acompañan el acto casi íntimo, pero público del amapuche que bien podría promocionarse como atractivo turístico de nuestra ciudad capital.


Los estilos de comunicación varían, por supuesto, según el tipo de apechugamiento, del humor casi siempre de quien está siendo apretujado y de si quien brinda su calor es simpático o, por lo menos, bien intencionado. He escuchado frases como “pégate un poquito más mi amor”; “si quieres me llevas para tu casa”; “déjame verte para saber cómo me va a salir el muchacho”; “si quieres te lo llevas para tu casa (se refiere generalmente a las nalgas) y lo pones de timbre”; “por lo menos dime cómo te llamas”; “gózalo y luego me cuentas”; “después de esta por lo menos me invitas unas cervezas”, entre muchas, unas más jocosas, otras llenas de ira y de indignación, otras con palabras que no me gustaría registrar aquí, en fin, otras y otras.


Siempre converso con mi querida comadre sobre este tema y aún no podemos comprender qué motivó a los ingenieros, planificadores y demás involucrados del proyecto de lo que se supone es el sistema de transporte más importante de la ciudad, a construir algo que desde que nació se sabía sería insuficiente, según la forma como ha y sigue aumentando la población en Caracas. Mi única conclusión: obsesión por el contacto humano y retribución con efecto espejo, a causa de ausencia de amapuches, apretujones, apechugamientos y demás formas de recibir cariño cuerpo a cuerpo, del principal involucrado en el proyecto y bueno, como estrategia para asegurarse de que nadie más sufra por causas similares, la construcción de andenes y vagones lo menos espaciosos posible.


Finalmente, como eso ya es parte de la realidad de quienes viajamos día tras día en esos vagones del amor forzado, no queda otra que, al menos, ponerse un perfumito…


Esta foto la bajé de http://farm2.static.flickr.com/1177/761115235_e3af3df839.jpg

6 comentarios:

Ivette dijo...

No te imaginas, en el fondo de mi perverso y romántico corazón, cuanto hubiese deseado que los motivos para diseñar un metro que no se ajustaba (ni se ajustará, salvo que hagan un metro alternativo con una planificación a 60 años), al crecimiento de Caracas fuese el ansia de algún ingeniero francés empeñado en el apretuje, los roces y las agarradas descaradas... pero sabemos que no fue así.. y es que nuestro metro es chiquitico en todo, parece diseñado para una ciudad de 500 mil habitantes, y todos los servicios son insuficientes... Me hubiese gustado creer que fomentar el contacto humano fue el motivo para ello y una real preocupación por nuestra salud cardiovascular lo que impulsa a todos los involucrados a siempre mantener fuera de servicio las escaleras mecánicas.
Qué bueno es el Metro de Caracas: fomenta la unión entre las personas y se preocupa por tu cuerpo, con un lema largo que diga así:
"Porque para nosotros, METRO DE CARACAS, es una voluntad, un motivo y un principio aquel proverbio latino de Juvenal que señala: "Mens sana in corpore sano"...
Realmente los motivos son otros bizarros, absurdos, increíbles y surrealistas...

Ivette dijo...

Hola Drila Cocodrila. Pronto iré a Caracas, probaré qué se siente estar entre tanto "apretuje". Reseñas extrañas de una ciudad surrealista. Creo que Caracas me gustará

drila dijo...

Hola Llorante, tienes razón, Caracas es surrealista, estoy segura de que la vas a disfrutar muchísimo. Si necesitas más información fidedigna puedes contactarme. Gracias por tu comentario y por agregar mi blog al tuyo, haré lo mismo no por cortesía, sino porque lo visité y me gustó, je je je. Estamos en contacto.

Martha Arango dijo...

La verdad es que no podría dejar de comentarte este tema con esta historia, como tampoco podría llegar a sorprenderme ya que el Metro se ha convertido en un vivir diario común y hasta una llega a acostumbrarse a tanto apretuje. Uno de estos días quedé con una amiga a hacer unas diligencias juntas, tratando de ponernos de acuerdo en cual vía tomar para rendir el tiempo, le sugerí que dejara su automóvil y que tomáramos el Metro...
Primera reacción: me miró fijamente como si no supiera a que me refería y casi escuche una pregunta tácita que decía ¿que es el metro?... bien, solo me reí y respondí: hagamos turismo de aventura, cosa a la que me enfrento a diario...
Paradas en el andén entre la multitud, yo tratando de ser un poco considerada con mi amiga, esperamos a que pasaran tres trenes para que su experiencia no fuera tan traumática, hasta que finalmente le dije: ya basta! es ahora o nunca o perderemos el día entero esperando a poder entrar decentemente y la tome de la mano y nos lanzamos a la dantesca aventura de abordar el tren, hice mi mayor esfuerzo por hacerlo divertido pero para mi amiga fue un auténtico turismo de aventura que no quiere volver a repetir. En sus oraciones diarias ha agregado una nueva frase, "Diosito cuida y bendice a mi chanchito (modo cariñoso de llamar a su carrito) y no permitas que nunca, nunca tenga que usar el metro de nuevo...

Besos amiga... me gusta leerte y perdona mi inconsecuencia... lenta pero segura...
Martha...
pd.: te espero por mis blogs..

Ivette dijo...

Hola Drila Cocodrila.Ya estoy en tu caluroso país.
No sé, pero Chávez, acá de cerquita no me cae tan mal, más a la luz de los acontecimientos hondureños.
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Gracias por tu cortesía. Mi blog es una mier.. caótica. Una bitácora de mi día a día. A veces escribo a veces no, a veces quiero eliminarlo. Gracias por estar entre los seguidores, que no me imaginé jamás que tendría.
Saludos y gracias por tu bienvenida adelantada a Venezuela.

Liliam B. dijo...

Ohhh si, todo lo que dices es totalmente cierto! Y terrible tambien!
Entre otras de las frases que he escuchado estan: "Me lo estan recostando!" "Una lata de sardinas tiene mas espacio y huele mejor" "Cuidao onde pones la mano oistes?" etc...
Pero a pesar de todo, el caraqueño le tiene cariño al metro y si te dicen la estacion, a cualquier lado es facil llegarle ^^