sábado, 11 de septiembre de 2010

El bien oculto

¡Me encantan los refranes!, tan esperanzadores algunos, tan pesimistas otros, pero tan sabios todos. Uno de los que más me gusta, al que denomino como el más optimista de todos los refranes del mundo es “detrás de todo mal hay un bien oculto”. Esa frase más el detallito de contar hasta diez me ha salvado en infinitas ocasiones de sacar a la Sra. Hyde, pues cuando estoy al borde de la locura inicio la cuenta mientras le busco el bien oculto a la situación. Si yo cobrara un bolívar por las veces que he contado hasta diez cuando viajo en el Metro ya me hubiese comprado un carro, pero como eso no va a ocurrir bajo esas circunstancias, entonces tengo que encontrar el bien oculto, que después de todo no está tan escondido.

Hay momentos en los que he querido hacer algún curso de cosas básicas que uno cree que sabe y resulta que no, como maquillarse en público y estando de pie o remendar una prenda mientras se lleva puesta, entre otros, pero el tiempo disponible para eso y en ocasiones el dinero son siempre razones para posponerlo; no obstante -y de forma gratuita- la necesidad que tienen muchas personas de culminar actividades importantes antes de llegar a donde sea que deben ha permitido que quienes viajamos en el Metro de Caracas tengamos momentos de verdadero aprendizaje significativo, tan útiles y tan variados que si hubiese que pagar por ellos ni alcanzaría el dinero ni mucho menos el tiempo para todo lo que hay que aprender.

De toda la variedad de cursos que se dictan en estos eduvagones caraqueños, los que más me gustan son los que tienen que ver con el cuidado personal, después de todo la fama de coquetas de mis coterráneas venezolanas no es tan inútil. Las sesiones de maquillaje intensivo se observan casi siempre en las mañanas. Allí hay instructoras para elegir: con la cara totalmente lavada, las que tuvieron tiempo de colocarse la base, las que mientras esperaban en el andén se maquillaron sólo un ojo o las que se pusieron máscara de pestañas y se mancharon los párpados (esas enseñan técnicas de corrección). También están las demostraciones de maquillaje acrobático y de pie, que varían desde recostarse de la espalda más cercana para no perder el equilibrio hasta cómo abrazarse del tubo con todas sus fuerzas, pegar todas las partes posibles del cuerpo y sacar, por lo menos, a las cinco personas que ya estaban agarradas.

Además de lo anterior hay, para los afortunados que estén cerca de las maquilladoras, un toque de decorado artístico en su ropa que le puede durar hasta que encuentre un detergente súper efectivo, porque cuando le toca el turno a la sombra de ojos o al compacto suelto, la mayoría sopla su pincel para eliminar los excedentes y usted recibe, como premio, un diseño multicolor que hasta podría servirle para terminar su matrimonio.

Ese mismo tópico de la belleza incluye las clases de manicure y pedicure, con técnica de decorado de vagón en movimiento y acabado de frenado repentino; como valor agregado una buena dosis de olor concentrado a pintura de uñas que además sirve para disimular el olorcito de los peos matutinos, que por supuesto nunca faltan en el vagón repleto.

Y mientras todo esto ocurre, aprovecho para hacer un poco de gimnasia cerebral, porque ya cansada de contar hasta diez en español, me aprendí los números en otras lenguas. Tengo mucho que agradecer a los Dioses por tantos bienes ocultos que me dan camino al trabajo cada día.

En la foto la más fabulosa de todas las instructoras que he visto en el Metro. Ella se hizo la pedicure sentada sobre su bolso, en la entrada del vagón, a las 8 am, desde Ruiz Pineda hasta Parque Central.

4 comentarios:

Norelys Hernández H. dijo...

Amiga, que bueno.. me encanta como escribes... te felicito... e insisto en que te inclines por hacerlo de forma mas seria.... eres estupenda....

Luis M. Gallardo D. dijo...

Me encantan tus artículos, y siempre los tweeteo. Hablando de eso, tienes cuenta de twitter para seguirte?

Saludos!!

drila dijo...

Hola Nore y Luis!! qué bueno que puedo compartir con ustedes!! Muchas gracias por sus comentarios :)

Luis: qué gesto tan lindo, gracias vale. Algunas veces reviso las estadísticas y me he encontrado con la sorpresa de que muchas de las visitas con de twitter... y yo me preguntaba cómo era que eso ocurría, jajaja, ya sé cómo. Tengo cuenta en twitter pero no la uso mucho... o no la usaba porque le voy a poner más cuidado, mi cuenta es @charodrila . Recibe un abrazo :)

Luis M. Gallardo D. dijo...

Ya te estoy siguiendo :)

Yo tweeteo todo lo que me parece interesante o que me gusta...y tus artículos de verdad son bien frescos e hilarantes!!

No desestimes al twitter. Mucha gente que no te conoce puede leerte por esa vía!!

También puede ser de utilidad para usar el metro si sigues a @caracasmetro, donde la gente reporta como están las líneas o si hay retrasos!

Saludos!!